Mucha gente desconoce las terapias cuánticas o puede ser escéptica al respecto. Como terapeuta cuántica SAAMA, me gustaría explicar qué es esta terapia y cómo ha transformado mi vida y la de mis clientes.

En esencia, todo en nuestro cuerpo —y en el universo— es energía. La ciencia nos muestra que nuestros órganos, tejidos, células y moléculas están hechos de átomos, que a su vez están compuestos de protones, neutrones y electrones. Estas partículas son, en esencia, energía vibrante. Las vibraciones más rápidas son invisibles a la vista, mientras que las más lentas se hacen visibles y tangibles, formando el mundo físico que conocemos.

El oxígeno del aire que respiramos y el oxígeno de las moléculas de nuestro cuerpo comparten la misma energía cuántica. Cuando nuestra energía vibra a frecuencias más altas, nos sentimos más sanos y equilibrados. Pero cuando se estanca, experimentamos malestar, enfermedad o dolor emocional. Las emociones positivas como el amor, la felicidad y la gratitud elevan nuestras vibraciones, promoviendo la sanación y la vitalidad. Por otro lado, las emociones negativas como la ira, el miedo, la envidia o la vergüenza las reducen, haciéndonos sentir mal.

La Terapia Cuántica SAAMA funciona conectando con la fuente universal del AMOR, la vibración más elevada y la esencia de la vida. Esta terapia ayuda a liberar las emociones negativas y los bloqueos que nos desconectan de esta energía amorosa, restaurando su flujo natural en nuestro interior. Como resultado, los clientes suelen experimentar una paz profunda, una renovada sensación de amor y la capacidad de perdonar las heridas del pasado que causaron dolor emocional.

Lo que hace única a esta terapia es su ilimitado potencial de sanación. El AMOR, como fuente de vida, trasciende todas las fronteras. Puede sanar el dolor tanto en el cuerpo físico como en las capas emocional, mental y espiritual. SAAMA aborda la raíz de tu malestar, eliminando suavemente los bloqueos para restaurar el equilibrio y la armonía en todos los niveles de tu ser.